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Cómo eliminar las muletillas a la hora de presentar

Cómo eliminar las muletillas a la hora de presentar. Cuando estamos nerviosos, distraídos, es fácil apoyarnos en muletillas. Estas pueden darnos un momento para recordar nuestros pensamientos antes de seguir adelante. Pero cuando empezamos a usarlas en exceso, disminuyen nuestra credibilidad y distraen de nuestro mensaje.

La firma Quantified Communications, determinó en una investigación que la frecuencia de uso de una muletilla en una conversación es de una por minuto, pero delante de una audiencia el promedio de uso es de  cinco muletillas por minuto —o, una cada doce segundos.

Algunos estudios han concluido que verbalizamos vacilaciones porque hemos sido condicionados a llenar el vacío incluso cuando no tenemos nada que decir. Por ejemplo, usamos «um» y «ah» para aferrarnos al «piso conversacional» mientras planeamos lo que vamos a decir a continuación, con «ah» señalando un retraso corto y «um» señalando un retraso más largo.

Para eliminar muletillas, acepta las pausas

La buena noticia es que puede convertir esta debilidad en una fuerza reemplazando muletillas con pausas.

De acuerdo con Estelle Campione & Jean Véronis  la mayoría del habla conversacional consiste en pausas cortas (0,20 segundos), medianas (0,60 segundos) y largas (más de 1 segundo). Los grandes oradores a menudo hacen una pausa de dos a tres segundos o incluso más.

Las pausas no son fáciles de aceptar para muchos oradores, incluso la pausa más breve puede sentirse como un silencio interminable. Eso es porque tendemos a pensar más rápido de lo que hablamos. Según una investigación de la Universidad de Missouri, en promedio hablamos  a una velocidad de 150 palabras por minuto y pensamos en 400 palabras por minuto (y dependiendo de quién preguntes, la tasa puede ser de hasta 1.500 palabras por minuto).Debido a esta discrepancia, cuando usted está dando un discurso, su percepción del tiempo a menudo se distorsiona, y lo que se siente como una eternidad en su mente es en realidad unos pocos segundos para el público.

A pesar de cómo se sienten al principio, las pausas bien colocadas hacen que suene tranquilo y seguro, y ayudan de tres formas:

  •     Recoge los pensamientos: Si pierde el hilo de sus pensamiento, una pausa le da tiempo para recordarlos. Mientras la pausa no sea demasiado larga (no más de cinco segundos), el público no lo notara.
  •     Calma sus nervios: Tomar una pausa antes de comenzar un discurso es especialmente importante para las personas con miedo a hablar en público, ya que ayuda a calmar los nervios. La táctica también es útil en medio de un discurso. Si se encuentra nervioso, haga una pausa breve para respirar profundamente (siempre y cuando no sea audible) y reinicie nuevamente con tu discurso.
  •     Como estrategia: Las pausas no siempre son una táctica defensiva. El silencio colocado estratégicamente puede generar suspenso, enfatizar un punto o dar tiempo a la audiencia para absorber una visión clave.

Al igual que las muletillas, las pausas le dan la oportunidad de tomar un descanso y averiguar qué va ha decir después. Sin embargo, una pausa lo hace sonar seguro y en control, mientras que las muletillas utilizadas en exceso distraen y le hacen sonar como si no supieras qué decir. 

Entonces, la próxima vez que estés frente a un público, usa el silencio para reunir tus pensamientos, en lugar de llenar el aire de sonido.

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